
Las habilidades cognitivas son un conjunto de aptitudes o facultades mentales que nos permiten procesar toda aquella información que nos rodea y actuar en consecuencia. Hay algunas que son muy conocidas, como la memoria, la atención o la comprensión, pero vamos a ver qué otras habilidades tenemos.
¿Qué es la cognición?
La cognición es la facultad que tenemos como seres vivos para procesar la información que percibimos del mundo real.
Normalmente percibimos la información a través de nuestros sentidos, pero todas las habilidades cognitivas residen en el cerebro, que es donde se procesan y las interpretamos gracias a nuestras redes neuronales.
Memoria
Capacidad para retener información. Nuestro cerebro tiene una memoria a corto plazo, que es limitada, y una memoria a largo plazo, que es ilimitada.
Atención o concentración
Habilidad para mantener la concentración en un objeto, una actividad o un pensamiento, ignorando el resto de demandas de nuestro entorno.
Aprendizaje
Es el proceso cognitivo a través del cual incorporamos nueva información.
Pensamiento
Es una habilidad fundamental dentro de todo el proceso cognitivo. Es el que nos permite integrar la información recibida y establecer relaciones o asociaciones entre ella. Es lo que llamamos normalmente como razonamiento, capacidad de síntesis y resolución de problemas.
Percepción
Reconocer e interpretar estímulos sensoriales, como puede ser lo que escuchamos, olemos o tocamos.
Procesamiento visual y espacial
Habilidad para procesar y entender la relación espacial entre objetos y visualizar imágenes y escenarios. Es la habilidad que pueden tener los arquitectos para distribuir un mobiliario en una habitación o los taxistas para planificar su ruta.
Lenguaje
La capacidad que tenemos los seres humanos para expresar pensamientos y sentimientos a través de las palabras. Es la herramienta que usamos para comunicarnos, organizar y transmitir la información que nosotros mismos tenemos sobre el mundo.
Funciones ejecutivas
Son actividades mentales complejas que llevamos a cabo para planificar y ejecutar un objetivo.
Flexibilidad: la capacidad para cambiar a un modo mental apropiado.
Teoría de la mente: la capacidad para comprender e interpretar correctamente el estado mental de otras personas. Podemos interpretar si una persona está bromeando, enfadada, o tiene otras intenciones. Aquí también entran en juego los prejuicios, que suelen estar condicionados por nuestra experiencia pasada.
Anticipación: predicción basada en el reconocimiento de patrones previos.
Resolución de problemas: saber definir cuál es el problema de la forma correcta para generar soluciones y escoger la correcta.
Toma de decisiones: habilidad para tomar decisiones basadas en la resolución de problemas con un conocimiento de información incompleto.
Memoria operativa o de trabajo: es la capacidad de almacenar y manipular temporalmente la información para realizar tareas cognitivas complejas. Es un tipo de memoria a corto plazo, pero esta última solo consiste en almacenar información, sin manipularla.
Auto regulación emocional: habilidad para identificar y gestionar las propias emociones para un buen desempeño.
Secuenciación: la habilidad para descomponer acciones complejas en unidades manejables y priorizarlas en el orden correcto.
Inhibición: la habilidad para ignorar distracciones e impulsos internos.
¿Cómo podemos mejorarlas?
Tengo para ti una mala noticia: la ciencia no ha podido demostrar que los juegos que dicen hacerte más inteligencia o que mejoran tus habilidades mentales sean realmente efectivos. Lo dice este artículo de la Universidad de Sidney en el que sometieron a CCT (entrenamiento cognitivo computarizado), concluyendo que no todos los juegos valen, y que no es lo mismo un entrenamiento supervisado por expertos, que algo sin supervisión en tu casa.
En su experimento, el CCT tuvo efectos muy moderados en funciones cognitivas individuales, como una mejora leve de la memoria visual y operativa, pero no tuvo efectos significativos en las funciones ejecutivas o en la atención.
Por otro lado, en este otro estudio publicado en marzo de 2020 sí que encontraron ciertas mejoras gracias al CCT cuando se combinaba con ejercicio físico.
Conclusión
En resumen, aún no se han encontrado ejercicios específicos que puedan mejorar ciertas habilidades cognitivas, si bien sí que hay mucha evidencia científica en que haciendo estas cosas puedes mejorarlas significativamente.
Sin embargo, otras cosas que sí puedes hacer para mejorarlas es estimular tu cerebro con acciones simples como lavarte los dientes con la otra mano, conducir de regreso a casa por otra camino, hacer sudokus, tratar de memorizar la lista de la compra en vez de consultarla o hacer cálculos matemáticos con la cabeza.